lunes, 25 de mayo de 2009

Contradicción



Julio-2006

Si lo que quiero son tus pupilas, ¿Cómo descubro la medida justa de sabiduría para acercarme a ellas? ¿En qué épica heroica debo buscar el elixir misterioso de tus ojos? porque esta realidad no me alcanza para saberlo todo, para soñar el imposible en que consiste el caer de tus párpados. Entonces todo me hace suponer que es el misterio de algún poeta el que se erige en tu mirada. Por eso sé que no me basta este momento de éxtasis sublime y de arrebato melancólico para aproximarme a la profundidad del lenguaje corporal e introspectivo que se gesta cuando cierras los ojos cada noche. Mirarte no es suficiente para saber qué imagen fantástica es la que se requiere para entrar en los ojos de tu mente. Si lo que quiero son tus pupilas, y es lo mucho de ti que no puedo tener, ¿A qué mundo paralelo habitado por ciegos debo mudarme para no ver el rayo que emanas cuando te miro? Si consiguiera tal cosa, de cualquier manera tendría luego que preocuparme de tus manos, de tu pelo, de tu olor, de tu voz...

1 comentario:

Yo el Supremo dijo...

La labor emprendida es infinita, noble e infinita, es ruina circular de sueño doble, es ruina de ciudad, es catástrofe, es idealismo a ultranza, es fascinación por imaginar y poseer lo que es imposible, pero creerle a la imposibilidad es afición de cierta estirpe que comparte a priori la torpeza excelsa de la eternidad, enhorabuena, poeta.