miércoles, 10 de junio de 2009

Futbol sí, tenis no, por favor.



Le comentaba ayer a mi estimado York (que tuvo a bien tomarse un tiempito para escribir una entrada relacionada con mi adorado Roger Federer) que hace mucho tiempo me lamentaba porque los noticieros deportivos no atendían nunca lo que acontece en el tenis; una espera que cuando anda en la calle se pueda enterar por el radio ya mínimo de los resultados de un partido que en el medio tenistico es muy importante, pero nada, nunca ni la más pinche mención. Luego pensaba: "No se saben otra más que el futbol para acá, el futbol para allá, y siempre con la misma queja, que si el directivo corrupto, que si el jugador güevón, que si la selección es puro negocio", y bueno pura quejadera, pero nadas más de eso se ocupan, y nuevamente me decía "ya deberían estar viendo otra cosa, el tenis por ejemplo" (voy a ignorar cualquier risa que este último comentario pueda suscitar).


En fin, resulta que un buen día se les ocurre hacer una mención de un partido -que por supuesto yo había visto, seguro ese día algo casi cataclismico ocurrió, que no les ajustaron las notas de futbol y por eso metieron la nota de tenis- ¡Ay no! ojalá no lo hubieran hecho, los muy "taradetes" osaron reseñar un encuentro que había tenido lugar en la santísisma cancha central de nada más ni nada menos que del All England Lawn Tennis Club, o sea Wimbledon, (no hay nada más grande que Wimbledon en el tenis) torneo que se juega en pasto, y lo que veo aparecer es la iamgen de un partido sobre arcilla de hacía como un año por lo menos, jajajaja, y luego de los jugadores de los que hablaban ni siquiera uno era el indicado; ¡No, no, no!, jajaja, ahora me da risa, entonces me llené de indignación.


Pasado aquello reconocí que en este país a mí y a otros tres sujetos nos importa el tenis -ninguno de ellos comentarista de radio, televisión o prensa-Ahora mis súplicas son para que por favor nunca se pongan a hablar de tenis, el futbol está chido que se ocupen de él, el tenis es una cosa aburrida y complicada, así que mejor ahí que quede; en verdad algo muere dentro de mí cuando veo algo como la imagen que encabeza esta entrada. Está bien que casi nadie sabe que es Federer y no Lederer, ¡pero que por favor piensen que en un descuido alguien como yo puede ver esas cosas y morir irremediablemente!


Hay una buena noticia en medio de este escenario aterrador, en estos tiempos de crisis y de falta de empleo, definitivamente cualquiera puede ir a pedir trabajo de corrector o reportero de deportes en la sección "disciplinas que muy poco nos importan" a El Occidental, sólo es cosa de que el puesto esté disponible





Nota: La imagen ha sido proporcionada por el buen York y pertenece al periódico El Occidental.

lunes, 1 de junio de 2009

¿Dónde quedó Renton?


Todavía recuerdo aquella película con soundtrack inmejorable, y a Renton hundiéndose en una alfombra roja en extática experiencia de heroína; luego un cantinero que al compás de Perfect day lo depositaba (sí, en calidad de cosa) en el interior de un taxi de esos feos que hay en las tierras británicas (léase por favor con tono de sarcasmo); ¡Qué película! ¡Y Renton!, Renton era la onda. Cuál va siendo mi sorpresa este fin de semana cuando en acto de solidaridad, y curiosidad morbosa también, nos aparecemos Javier y yo en conocido consorcio entregado a la proyección cinematográfica, de precios obsenos por un sitio dentro de sus salas, a ver nada más ni nada menos que Ángeles y Demonios y ahí estaba el que una vez fue Renton.

Yo sé que una buena persona no soy, no, y que en algún momento tengo que enmedar mis culpas, así que acepto con estoicismo lo que nos ocurrió el sábado por la noche cuando inició la película, porque se acabó hasta la primera hora del domingo, sí así de larga es, como diría en un tiempo Horacio Villalobos, tan larga y pesada como la cuaresma. No sé ni por dónde empezar, y es que ya con ánimo de criticar la película se convierte en una joya.

Uno no es capaz de imaginar la cantidad de hazañas que el estudio de los símbolos le puede acarrear a un catedrático, resulta que el personaje de Tom Hanks acaba salvando nada más ni nada menos que al mismísimo Vaticano, y no se piense que fue una cosa menor, ¡no!, se recorre toda iglesia conocida en Roma y se debate entre balazos, puñales, incendios, derrumbes, explosiones cataclísmicas, y bombas de antimateria -sí, hasta hay un artefacto nuclear inmiscuído en la trama- por supuesto se le muere la mitad del elenco en los brazos pero al final logra salvar a uno que acaba de sumo pontícife, increíble verdaderamente, no deja símbolo sobre símbolo en su hazaña (esto último lo dijo Javier, lo aclaro porque no quisiera ser juzgada de plagiadora como ha ducedido con Dan Brown), no sabía yo que Harvard preparaba tan bien a sus catedráticos y alumnos, por algo es una universidad top, yo creo que por esto y no por otras minucias académicas es que debe su fama; y como si el placer de salvar al mundo no fuese suficiente, hasta le regalan un manuscrito de Galileo como si se tratara de un librillo de esos que hace Editores Mexicanos Unidos.

Sin ambargo todo esto que resumo, no sé si ajuste para borrar la imagen de Tom Hanks enfundado en un speedo (una de las primera secuencias), como se darán cuenta las escenas impactantes se dan desde los primeros minutos, ni el suspenso de No country for old man me impresionó tanto.

Todo, así, TODO ocurre en un sólo día, con los minutos contados, no sabe uno a qué atender, si a las truculentas acciones de los Illuminati, o a las destrezas de una doctora en física nuclear que corre por los adoquines de las calles romanas calzada en unas botas con tacón de "teibolera", que además le halla a todo, hasta la medicina forense, a tal grado que en rudimentaria autopsia diagnostica las verdaderas causas de la muerte del mismísimo Papa. Asombroso se queda uno "speechless".


Pero, ¡Renton, oh Renton!, cómo lidia uno con Renton vestido de sacerdote, todo acicaladito haciéndose el santo, nada más ni nada menos que de Camarlengo, algo así como Papa interino (Nota: ¿no debería estar prohíbido que los sacerdotes sean guapos? digo es sólo una idea).

Y helo ahí, invocando santos, abriendo el conclave al interior de la Capilla Sixtina cual Pedro por su casa, dando acceso a los más valiosos archivos de la biblioteca de la santa sede, abriendo la tumba ¡nada más ni nada menos que de San Pedro!. Pero si esto no fuese suficiente, el punto álgido se da cuando sale con bomba nuclear en mano, y pronto descubrimos que sabe manipular hasta helicópteros, todo con tal de salvar al mundo; uno piensa ¡se va a sacrificar, qué bonito!, y cuál va siendo la sorpresa, que ¡NO!, el recién destapado héroe no muere, porque entonces en el firmamento va desapareciendo el aparato volador mientras un hombrecillo en paracaídas desciende, ¡SÍ!, es Renton con sotana que acaba de librarse de la bomba; pero ahí no acaba, todavía revienta el coctel nuclear, aquello se cimbra, San Pedro el Vaticano se tambalea y el paracaidista rebota por los menos unas cincuenta veces contra la cupulota de la basílica, y aún después de la catástrofe es capaz de ponerse en pie, con una que otra herida de poca importancia, listo para ser elevado al máximo trono de la iglesia católica; mi reacción no pudo ser otra, después de gritar mil veces NO, sólo podía pedir ¡Mis pastillas por favor!


Por último he de decir que todo el chiste dura casi tres horas, debo confesar que no puedo lamentarlo del todo, me reí, y me sigo riendo nada más de acordarme, sin embargo, mi suspiro se resume en un ¿Dónde quedó Renton?


P.D. ¿Qué de malo le he hecho yo a Cinepolis que me tortura con media hora de comerciales estúpidos y cortos, no le bastan los 60 pesos que ya me tumbó en la entrada? ¡Ah! y también perdón a las personas que importunamos con nuestros comentarios y risas, sé que les fastidiamos la incomparable experiencia, la verdad nos portamos como gentuza, prometo no volverlo a hacer... si la película me lo permite claro.