martes, 26 de mayo de 2009

Culto a la inseguridad


La inseguridad de Abby es absolutamente comprensible en mi universo, bonita voz, lectora asidua, conocedora del arte y la música, adoradora de los perros y los gatos, y con una profunda conciencia de sus limitaciones físicas. Las comedias románticas ñoñas me gustan, este es una de las que más; es una cosa así como la historia de una inteligente Quiasimoda que se queda con el principe de la historia, su momento más terrible es cuando una perversa vendedora de cosméticos esquiva el ataque intelectual de Abby, dándole un certero golpe bajo al hablarle de sus poros faciales, la escena es devastadora. Comparte la historia una Princesa que descubre tener algo de cerebro y dignidad. Película fácil, con lindo soundtrack, me quedo con la pieza de los Cowboys Junkies Angel mine. Tiene final bonito, de esos que no se creen, por lo menos no cuando una se siente como Abby.

lunes, 25 de mayo de 2009

Contradicción



Julio-2006

Si lo que quiero son tus pupilas, ¿Cómo descubro la medida justa de sabiduría para acercarme a ellas? ¿En qué épica heroica debo buscar el elixir misterioso de tus ojos? porque esta realidad no me alcanza para saberlo todo, para soñar el imposible en que consiste el caer de tus párpados. Entonces todo me hace suponer que es el misterio de algún poeta el que se erige en tu mirada. Por eso sé que no me basta este momento de éxtasis sublime y de arrebato melancólico para aproximarme a la profundidad del lenguaje corporal e introspectivo que se gesta cuando cierras los ojos cada noche. Mirarte no es suficiente para saber qué imagen fantástica es la que se requiere para entrar en los ojos de tu mente. Si lo que quiero son tus pupilas, y es lo mucho de ti que no puedo tener, ¿A qué mundo paralelo habitado por ciegos debo mudarme para no ver el rayo que emanas cuando te miro? Si consiguiera tal cosa, de cualquier manera tendría luego que preocuparme de tus manos, de tu pelo, de tu olor, de tu voz...

viernes, 22 de mayo de 2009

Diez fuentes de felicidad




El orden es absolutamente aleatorio.

1.- El verano o los inviernos lluviosos, sin importar las molestias que ocasionan, los prefiero por encima de cualquier otro día.

2.- Un partido de tenis de Roger Federer, especialmente si es una final de Wimbledon.

3.- Un párrafo emanado de mi pluma redescubierto después de mucho tiempo.

4.- Cantar hasta enmudecer y hasta las lágrimas en un concierto muy esperado, tengo dos de esos: U2 y Coldplay.

5.- Un buen diálogo cinematográfico que erice la piel por ser la conversación que alguna vez me he imaginado.

6.- Las fiestas hasta el amanecer en la terraza de Joe y Belinda, con "esas" visitas intermitentes al kitty baño de la misma morada.

7.- Mi lectura nocturna con soundtrack.

8.- La incentivas Belindescas a hacer listas, en verdad que me divierte.

9.- La atmósfera de un edificio bien diseñado; siempre he pensado que es de las pocas obras de arte en las que literalmente, se puede uno introducir.

10.- JAVIER

Pensado...




Me preguntó:

- ¿Qué estás haciendo?

Yo respondí:

-Esta soy yo pensando en lo que me voy a poner


Mientras tanto sabía que sus ojos estaban posados en mi espalda, se había convertido en contemplador de mis disyuntivas cotidianas, ahora era testigo de mis cavilaciones de todos los días; no sé si comprendía que aquello que estaba aconteciendo ante sus ojos era yo en una de mis facetas más triviales; pero ocurre que el momento era importante porque ese día lo invité a pasar a mi rutina. Me encantó.

martes, 19 de mayo de 2009

Benedetti

i.m.


"Tengo una soledad tan concurrida,
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos,
de adioses hace tiempo
de primeras de cambio
y primeras de cañón"
"... mi táctica es que un día
sin saber cómo
ni con qué pretexto, por fin me necesites."

"No te quedes inmóvil al borde del camino,
no pierdas el júbilo
no quieras con desgana,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo..."

Sé que estoy citando mal, sé que mi memoria de sus poemas es imprecisa; sin embargo sé que me recuerdo sentada en el piso de una librería urgando entre sus versos, y que me topé con una lírica que algunos acusan de fácil, pero sus poemas me venían bien, me pintaban la escena que a veces el sueño es incapaz de bosquejar; supe aquella tarde al ras de suelo que Benedetti sabía de mis congojas y me las versificaba, las inventariaba.

Reencuentro


La escritura a veces se convierte en una vanidad escurridiza; ha tiempo que la mano inquieta que me acompañaba me ha tenido en el olvido. Sin embargo los reencuentros con la línea concebida en otros días a veces parecen como una sorpresa agradable. Me quedo con este párrafo:


"Regresó a la tienda, entregó los tacones rojos y los cambió por unos lindos zapatos grises, de piso; y con un profundo dejo de resignación miró al cielo dando al mismo tiempo un primer paso seguro sobre el suelo de las mortales"