martes, 18 de septiembre de 2012

Un texto para Avería II



Nunca he tenido la angustia de la escritura, la mayor parte del tiempo me conformo con atinar una palabra más o menos ingeniosa, de buen sonido, de significado simple pero estructura rimbombante; no, yo soy una suerte de  imitadora que la mayor parte del tiempo se siente plagiadora del lenguaje, de las ideas de otros, es sólo que poseo una voz que cuando enuncia oraciones, las hace sonar suyas, eso, la mayor parte del tiempo creo que sólo poseo un instrumento vocal que se articula con la venía del ingenio ajeno, por eso escribo poco, porque en el papel no hay altavoz, no hay acústica, ahí gobierna el antagonista de mi virtud: el silencio, y el asunto es que, ése, también me gusta mucho.